lunes, 8 de junio de 2009

" Qué es eso de andar pintando con colores al amor de la vida de uno. Le pongo el color que quiero, le hago rayitas, lo decoro con purpurina, le meto lentejuelas, voladitos, lo pinto con tinta china y después, recién después, veo si hace juego con la ropa que me pongo. Basta de decir que el príncipe azul destiñe. No existen los príncipes azules. Mal que mal, sólo existen los hombres-hombres. Con eso ya tenemos bastante. Además, quién quiere un príncipe azul que la salve de no sé qué cosa. Por qué tiene que ser azul. Por qué no rosa.
...Entonces desde acá, propongo: matemos al príncipe azul de un garrotazo en la cabeza. Para evitar las culpas, hagamos que muera aplastado por un colectivo 60 a las seis de la tarde en plena Callao. Paguémosle a la hinchada de Atlanta para que trabaje sucio. Nuestro problema siempre fueron los parámetros. Por eso nos va como nos va. Por eso los amores imposibles nos ignoran. Por eso, quizás, los hombres no nos den pelota. Nuestro problema serán, entonces, Las Andrea del Boca.Las Rosas de lejos. Las Oreiros. Todo, culpa de la tele y sus malabares. Exijo un cambio. Cambiémosle el color al príncipe azulado. Saquémosle un peso de encima al pobre. Desde acá, me digo y me renuevo. Desde acá, mantengo mi propuesta en alto. Para todos los que dicen que quiero un ideal, acá respondo. No, no quiero eso. Quiero un hombre que se saque los mocos. Quiero uno que tenga tanto miedo como yo de enamorarse. Que juegue a los jueguitos por horas. Quiero uno que sólo necesite libertad para respirar contento. Que sea humano. Que muestre imperfecciones por los cuatro costados. Que me quiera matar a veces. Que piense que estoy loca cuando se me salga la cadena.
Como yo no soy Cenicienta, mi príncipe no es más azul. Voy contra las reglas de lo ideal y me importa un carajo. Mi príncipe azul, amigos, es colorado.".

((http://algunlugarideal.blogspot.com))